Las personas con más confianza en sí mismas son más resistentes al "burnout".
Las personas con más confianza en sí mismas son más resistentes al "burnout". FUENTE: PSIQUIATRIA.COM. 2005 MAY Con motivo del Día Internacional de la Enfermería que se celebra hoy jueves, 12 de mayo, en el Hotel Carlton de Bilbao a partir de las 18:00 horas, el Colegio de Diplomados en Enfermería de Bizkaia ha organizado una conferencia que será pronunciada esta tarde por Jesús J. de la Gándara Martín, Jefe del Servicio de Psiquiatría Área Asistencial de Burgos, bajo el título “Enfermería y Burnout: profesar la enfermería para no agotarse”. El experto realiza un pormenorizado análisis del Burnout desde la consideración de que “el trabajo es una fuente inagotable de conflictos psicológicos. Ahora bien, desde el ámbito de la salud mental y la asistencia psiquiátrica se ha de ser precavidos ya que se corre el riesgo de confundir esos “nuevos” problemas “psico-socio-laborales” con enfermedades mentales genuinas, o incluso con otras conductas peculiarmente humanas como la pereza, la negligencia, la falta de preparación profesional, o – simplemente – la búsqueda de ciertas ganancias económicas, sociales o legales”. Cuando acontecen problemas de salud mental derivados de circunstancias laborales, el experto estima que “se deben tener en cuenta determinadas circunstancias”. En este sentido, apunta que “las fuentes de estrés laboral son múltiples. Existen estresantes físicos como la luz, el ruido o la temperatura entre otros y estresantes individuales y/o colectivos como los roles conflictivos, la ambigüedad, la sobrecarga de trabajo o la responsabilidad que se entremezclan con estresantes laborales tales como la falta de cohesión, la carencia de apoyos, los conflictos intra-inter-grupales, etc.” Descrito el paisaje, el experto puntualiza que “hay grandes diferencias individuales en la resistencia a las presiones laborales: la edad, el género, la educación, la ocupación, etc. influyen sobre la resistencia o vulnerabilidad al estrés laboral, así como otros rasgos relacionados con la personalidad del trabajador”. De la Gándara confirma que “es importante analizar las expectativas de control (LOC: Locus de control): El LOC es el sentimiento personal, subjetivo, que tenemos cada uno de tener o no tener control nuestras vidas. Las personas con LOC interno, es decir que se confían en si mismas, en sus propias capacidades y cualidades, suelen ser más enérgicas, eficaces, activas, responsables y resistentes. Por el contrario las que tienen un LOC externo son más conformistas, sugestionables, dependientes, inseguras, y proclives a presentar ansiedad, depresión, etc. ante las situaciones estresantes”. De igual manera apunta que “hay una relación neta entre motivación y trabajo y que cierto estímulo incita a la acción, La relación entre estrés laboral y satisfacción también es importante: una relación laboral positiva, con autonomía, libertad, responsabilidad y control es satisfactoria y positiva. Por el contrario, las condiciones inversas se asocian con insatisfacción laboral y causan sobrecarga y fatiga laboral.” Al hilo de este pensamiento, incide en que “las características de ciertas profesiones y condiciones laborales también tienen su influencia. Así, las profesiones de ciclo corto, la inseguridad en el puesto de trabajo, la desmotivación, y los turnos rotatorios se asocian con más sobrecarga y estrés físico y psíquico”. Recuerda el experto que “el “burnout” fue un concepto introducido por el psicólogo clínico Freudemberguer en 1974 y que con posterioridad fue estudiado en profundidad y difundido por C. Maslach, hasta el punto que la OMS tomó la decisión de incluirlo como un factor de riesgo para la salud. Más concretamente se podría definir como un tipo de estrés laboral que se da específicamente en los profesionales que mantienen un contacto constante y directo con los beneficiarios de su trabajo, cuando entre ambos media una relación de ayuda o servicio. Por lo tanto el personal sanitario, docente, y los que trabajan en servicios sociales de cara al público, tales como las fuerzas del orden, el personal de justicia, etc. son los más susceptibles de padecerlo”.
Causas y consecuencias Las causas del “Burnout” con diversas y relacionadas entre sí. Así, el especialista apunta que “la interacción negativa entre el medio laboral, el equipo y los "clientes", las diferencias entre las expectativas laborales y la realidad, la implicación constante con personas que sufren, en una relación cargada emocionalmente, con temor y desesperanza, la sobrecarga de trabajo, unida a la falta de estímulos, las bajas expectativas de refuerzos y altas previsiones de castigo y, sobre todo, la interacción de alguna o varias de ellas con profesionales mal preparados, poco motivados o, en definitiva, “poco profesionales”, son motivos que pueden desencadenar este síndrome.” Las consecuencias son también claras. Las alteraciones de la salud mental más comunes son psicosomáticas (fatiga, cefaleas, insomnio, trastornos gastrointestinales, hipertensión, cardiopatía isquémica, etc.), emocionales (trastornos de ansiedad, depresión, conductas suicidas, abuso de drogas legales o ilegales) y referentes a las conductas defensivas (aislamiento, negación, desplazamiento, irritabilidad, impulsividad, atención selectiva, cinismo, etc.) Adicionalmente puede conllevar consecuencias laborales (insatisfacción y deterioro del ambiente laboral, disminución de la calidad del trabajo, absentismo, reconversión profesional y abandono de la profesión), y también consecuencias personales y familiares (incomunicación, hostilidad, ruptura familiar, aislamiento social, etc.).”
Prevención y tratamiento Matiza De La Gándara que “la prevención y el tratamiento del “Burnout” se basan en realizar adaptaciones y cambios a nivel individual, social, institucional y terapéutico, de acuerdo con determinadas recomendaciones. A nivel laboral se ha de mejorar la relación del profesional con el trabajo. Para ello es posible diseñar estrategias o promocionar cambios en actitudes tales como establecer objetivos realistas, aprender a afrontar los asuntos con la distancia adecuada, obligarse a pensar antes de actuar, utilizar sistemas protocolizados que permiten aumentar la eficiencia sin incrementar el esfuerzo, hacer pausas y no inundar el tiempo extralaboral evitando las escisiones profesionales y cuidando de si mismo además de los otros”. Uno de los rasgos más típicos de las personas que padecen “Burnout” es que de forma constante y reiterativa hablan mal de sus trabajos, del entorno laboral, de sus compañeros, etc. Así pues, es esencial acentuar los aspectos positivos de lo que se es y se hace, lo que evita las actitudes de desesperanza, desconsuelo y desmoralización. Conocerse y fiarse de uno mismo de modo realista, usar las cualidades y recursos, conocer los propios límites, y saber pedir ayuda cuando sea preciso, son otras recomendaciones “psico-higiénicas” esenciales. También es importante el manejo social del “Burnout”. Para ello es recomendable mantener en buenos términos la relación con familia, amigos, las actividades de ocio o la participación en actividades científicas.” Entiende el psiquiatra que “en cuanto al manejo institucional, es esencial que se aborden los problemas de relaciones institucionales, organización laboral, distribución de exigencias, cargas y compensaciones etc. Para ello es preciso analizar la interacción persona-entorno laboral, y hacer los ajustes oportunos. Por ejemplo, hacer cambios en los puestos de trabajo, favorecer el reciclado, estimular la formación continuada, flexibilizar horarios, etc. También adecuar el ambiente físico: mejorar el espacio, el mobiliario, las dotaciones técnicas, la decoración, etc., así como favorecer la división de responsabilidades, evitar la sobrecarga laboral de los más eficientes, y la contaminación del tiempo libre”. En cuanto las complicaciones médicas y psiquiátricas lo más importante es evitar el consumo de alcohol u otras sustancias, y tratar las complicaciones psiquiátricas (ansiedad, depresión), de acuerdo con las pautas indicadas. Pensemos que el “Burnout” no es una enfermedad mental, pero sus complicaciones si lo son.”
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